viernes, 20 de marzo de 2009

Equinoccio de primavera: momento para cargarse de energía

México es un país con energía, pero el 21 de marzo, día de la primavera (claro, también día nacional en que se conmemora el natalicio de Benito Juárez, benemérito de las Américas), se vuelve un motivo de fiesta nacional porque entra la temporada de calor, color, alegría y fiesta.
Los mexicanos necesitamos muy poco para armar la fiesta en grande y esto de ir a cargarse de energía a las pirámides ya se volvió una moda. Al menos, el hecho de vestirse de blanco y salir a recibir al Señor Sol ya es una costumbre oficial. Incluso, los extranjeros llegan a vivir esta experiencia en el día en que nuestros sitios prehispánicos reciben a miles de visitantes, distinguidos por el color blanco de sus ropas.

Se supone que por la erosión natural de las pirámides ya no se debe uno subir a cargarse de energía, pero como los dioses lo dijeron alguna vez: "Id a los templos sagrados y recibid la energía del dios Sol", ahí vamos, subimos, nos concentramos, nos "energetizamos".
¿Cómo se toma la energía del sol? Primeramente, vestidos de blanco, especialmente con ropa típicamente mexicana, de manta, de hilo, bordados, muy fresca y muy blanca. El blanco es pureza, así que de una vez, aprovecharemos a limpiar lo que haya que limpiar, metafóricamente hablando.
Al llegar a la pirámide, ubicar la dirección del sol y extender brazos y manos hacia él, para recibir su calor, luz y energía. Tener al mismo tiempo, pensamientos positivos.



Algunos grupos de concheros hacen rituales místicos, tal como lo hacían nuestros ancestros. Tocan y danzan especialmente para recibir a la primavera. Lucen sus mejores trajes y penachos, y ofrecen sus danzas al sol.
Algunos tocan el caracol, sonido que en mar o tierra tiene mensajes para los dioses. Otros, los chamanes, aprovechan para hacer "curaciones", "limpias" y "rituales" para que el hecho de cargarse de energía sea más potente.
Algo debe tener todavía este tipo de rituales, porque nos quedamos con la sensación de bienestar y tranquilidad. Lo que sí es necesario, como mexicanos, es respetar las pirámides y el entorno, que no sólo nos carguemos de energía positiva, sino que seamos conscientes del cuidado, limpieza y protección que debemos dar a estos sitios.
A mí lo que me impresiona es ver la cantidad de gente que se congrega este día en los sitios donde hay pirámides o restos prehispánicos. También vernos a todos vestidos de blanco, al menos, creo que eso nos identifica como las personas que somos, llenas de buenos deseos, intenciones y vibra.

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