sábado, 28 de marzo de 2009

El tequila: Bebida de los dioses


El “tequila” es un aguardiente que se elabora en una región pequeña del Occidente de México del mismo nombre, mediante la destilación del mosto fermentado que se obtiene del corazón de una planta conocida como agave azul. El corazón de dicha planta, semejante a una gigantesca piña, se le denomina también “mezcal”, que en náhuatl puede significar la “casa de la Luna” (esencia), o bien “maguey cercano a la casa”.





En México, de algunos de los 200 tipos de agaves diferentes con que se cuenta, en distintos lugares se obtienen también otras bebidas aguardentosas similares, que reciben el nombre genérico de mezcal y toman el apellido de la población donde nacen. De esta manera, tenemos además los mezcales de Oaxaca, de Quitupan, de Tonaya, de Tuxcacuesco, de Apulco, etcétera.



El más famoso de todos es el mezcal de Tequila, cuyo apelativo se debe a una antigua y dinámica población que se encuentra a unas 15 leguas al noroeste de Guadalajara, en el camino de esta ciudad hacia el norte y hacia el otrora muy concurrido puerto de San Blas de Nayarit, en la costa del pacífico.


El tequila se considera ahora la bebida alcohólica "mexicana por excelencia", de la misma manera en que los mariachis y los charros jaliscienses constituyen en el extranjero los arquetipos de la música de México y de quienes vivimos en este país. De hecho, ahora el mariachi se viste de charro y no se concibe bebiendo otra cosa que no sea tequila.

El TOUR DEL TEQUILA es un recorrido muy divertido y fascinante en un tren peculiar que puede iniciar en Guadalajara en una hacienda tradicional o bien, sé de otro que inicia en Puerto Vallarta y recorre un paisaje muy lindo entre el mar, la montaña y la destilería, donde se conoce todo el proceso y degustan distintas variedades amenizadas por música en vivo de mariachi, bailes flolcklóricos y comida típica. Altamente recomendable.


Para saber más de la historia del tequila: clic aquí.

viernes, 27 de marzo de 2009

Nery: Malinche hijo de la...globalización

Hoy por la mañana prendí la TV y escuché una declaración que me dejó paralizada. Un tal Nery -nombre de perro- no sé qué, diciendo estupideces por televisión y retando a golpes a un reportero, eso sí, portando la camiseta de México, qué asco y vergüenza sentí. Ok, no sé mucho de fútbol, pero me emociono en los mundiales como si fuera aficionada. Hay un juego entre México y alguien más, le voy a México, "me pongo la verde" y apoyo, faltaba más. Y no sé fútbol, pero entiendo que más que un deporte, es como la bandera, nuestra comida, nuestro mariachi. Me encanta sentirme muy mexicana y gritar: "Viva México..." porque estoy orgullosa de mi nacionalidad.

Sin embargo, los malinches como el hocicón de la foto no me caen bien y menos cuando creen que por haber salido al extranjero ya son superiores a los mexicanos. No importa que dizque juegue fut...si quiera ganara y fuera súper goleador. ¿Cómo lo vamos a recordar? Como el pelado baboso que no piensa porque no tiene neuronas y dice tarugadas en Televisión Nacional nomás porque tiene boca. Y luego, esto se proyecta al extranjero y por tontos como éste allá piensan que somos igual. Y para nada. Qué vergüenza. Ver crítica y vídeo completo aquí.
No tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre
Claro, el inteligente que puso al nacote éste a hablar ante las cámaras tiene la culpa. Si ya tienen antecedentes del tipo grosero, malinche y naco, para qué lo dejan ante la cámara. ¿Para desviar la atención sobre la frágil estrategia de los jugadores? ¿Para que no les cuestionen qué pasará si vuelven a perder? ¿Para provocar polémica, risa, entretenimiento en pro de la falta de cultura? Por Dios, bastante tenemos con que nos cataloguen como un país que no lee.
Prepotencia, ignorancia y falta de educación: ¿con eso se gana un partido de fut? ¿Con eso se representa a México?
Wow, ¿y a tipos como éste van a admirar los niños de hoy? No se sorprendan los padres de familia y los maestros cuando los chamaquitos empiecen a imitar tan espantosa actitud. A ver si vamos enseñando a los niños el vídeo para que vean lo que NO se debe hacer. O mejor no, lo van a copiar y qué coraje nos dará.
Malinche: "¿Sabes cuál es la diferencia? Que yo estoy en Europa y tú estás en México...y vas a estar siempre en México" (sic)
Pero qué baboso, qué significa eso. ¿Entonces qué hace aquí? Que se largue, pero así, patitas pa que las quiere. Júchale. Aquí sale sobrando. Ay, pero ya verá cómo la vida da vueltas. En ese mismo momento, yo le quitaba la camiseta de México y lo regresaba por donde vino...a ver si se le bajan los humos....por cierto, ¿qué hace en Ucrania? Besando los pies de los que seguramente sí saben patear el balón, porque este tonto lo que acaba de patear es su mini carrera. Rechifla para el tipejo. Dije tipejo, ¿eehh?
No es el único mexicano en el extranjero; ni la última coca-cola en el desierto
¿Qué no sabe el tal Nery que los mexicanos somos de los pocos privilegiados del tercer mundo que podemos darnos el lujo de viajar around the world? Y no por eso renegamos de quiénes somos. Muchos mexicanos que tenemos la oportunidad y la suerte de algún día salir al extranjero, siempre, siempre, extrañamos México. Cuando regresamos decimos: "la verdad, como México no hay dos". Y aunque distingamos el primer mundo, o estemos en los lugares más maravillosos del planeta, siempre nuestra raíz mexicana nos hará enorgullecernos de nuestro país.
Seguramente, ha de ser porque quienes logran expandir sus fronteras lo hacen -o lo hacemos- para estudiar, trabajar, superarse, enriquecerse y valorar otras culturas, etc.- pero siempre regresando al terruño, a regresar lo mucho que aprendimos fuera con creces, para que nuestro país salga adelante, contribuyendo con nuestro granito de arena. No como este mequetrefe de quinta que lo único que hace es idolatrar a los extranjeros porque ni siquiera tiene identidad propia...según esto, nació en México, pero se fue a Uruguay, luego no sé, se perdió por el mundo. Y sí, se perdió porque habla como nacote, eso que ni qué. Y además, está feo, se ve que está bizco.
Y luego quieren que gane México. Soy optimista, que conste, pero con tan pésimas elecciones de los jugadores, no es posible. Se necesita gente que piense y tenga sensibilidad, identidad nacional mínimo. Hay crisis de jugadores, sí, hay que reconocerlo, pero también fuga de cerebros. De qué sirve que el tipo sepa patear un balón. Ya quisiera verlo ganar partidos.
Cuando Hugo Sánchez se fue a España, todos lo criticábamos porque perdió su acento y empezó a hablar con la Z como español. Pero supo demostrar que, más allá de haber perdido su acento y de marearse un poco con la fama, destacó como un gran jugador.
Repito, sin ser experta en el futbol, considero que a la selección mexicana o a cualquier equipo de fut mexicano, lo que le falta es humildad y aprender a trabajar en equipo. Cuando observo los mundiales y veo a los ganadores (los meros buenos siempre son: Brasil, Argentina, España, Alemania, Italia), siempre resultan ser equipos acoplados, en armonía, unidos, con gran compañerismo y un fuerte sentimiento nacionalista. En cambio, en México, todos tiran para donde mejor les conviene, un montón de escándalos, y a veces, parece que en vez de equipo todo cae en un solo jugador. Si gana, ganamos todos. Si pierde, pobre porque hasta lo corren y lo destierran. Si se trae del extranjero, resulta un ignorante, patán que no sabe respetarse ni respetar y mucho menos, sabrá jugar fut, hágale como quiera. Y ahora va la nueva: si pierde, seguramente será porque la prensa mexicana lo atacó, van a ver que así se justificará el muy baquetón.
Qué horror. A mí me da pena ajena la situación. Si algún extranjero lee esto, por favor, mil disculpas, le prometo que el 90% de los mexicanos sí somos mexicanos, somos decentes, educados y estamos orgullosos de haber nacido en este país, sobre todo, vivimos para ser mexicanos felices, con mucho o poco, pero con la satisfacción de saber quiénes somos y de dónde venimos.
¿Ciudadano del mundo o hijo de la globalización?
Ser ciudadano del mundo implica tener visión amplia, capacidad de adaptación y aceptación tanto de críticas como de otras costumbres y culturas, movilidad por el mundo, educación, valores, respeto y responsabilidad. En cambio, ser un hijo de la... globalización simplemente significa subirse a un avión, como subirse a cualquier juego mecánico, sin saber que la tierra es redonda. Jugar futbol sin usar el cerebro para pensar sino solamente por el mero acto de patear un balón, sin sentido, sin propósito en la vida, sin un proyecto definido. Qué triste y qué lástima ver ese desperdicio de vida. En fin...hay de todo en la viña del Señor.

viernes, 20 de marzo de 2009

Equinoccio de primavera: momento para cargarse de energía

México es un país con energía, pero el 21 de marzo, día de la primavera (claro, también día nacional en que se conmemora el natalicio de Benito Juárez, benemérito de las Américas), se vuelve un motivo de fiesta nacional porque entra la temporada de calor, color, alegría y fiesta.
Los mexicanos necesitamos muy poco para armar la fiesta en grande y esto de ir a cargarse de energía a las pirámides ya se volvió una moda. Al menos, el hecho de vestirse de blanco y salir a recibir al Señor Sol ya es una costumbre oficial. Incluso, los extranjeros llegan a vivir esta experiencia en el día en que nuestros sitios prehispánicos reciben a miles de visitantes, distinguidos por el color blanco de sus ropas.

Se supone que por la erosión natural de las pirámides ya no se debe uno subir a cargarse de energía, pero como los dioses lo dijeron alguna vez: "Id a los templos sagrados y recibid la energía del dios Sol", ahí vamos, subimos, nos concentramos, nos "energetizamos".
¿Cómo se toma la energía del sol? Primeramente, vestidos de blanco, especialmente con ropa típicamente mexicana, de manta, de hilo, bordados, muy fresca y muy blanca. El blanco es pureza, así que de una vez, aprovecharemos a limpiar lo que haya que limpiar, metafóricamente hablando.
Al llegar a la pirámide, ubicar la dirección del sol y extender brazos y manos hacia él, para recibir su calor, luz y energía. Tener al mismo tiempo, pensamientos positivos.



Algunos grupos de concheros hacen rituales místicos, tal como lo hacían nuestros ancestros. Tocan y danzan especialmente para recibir a la primavera. Lucen sus mejores trajes y penachos, y ofrecen sus danzas al sol.
Algunos tocan el caracol, sonido que en mar o tierra tiene mensajes para los dioses. Otros, los chamanes, aprovechan para hacer "curaciones", "limpias" y "rituales" para que el hecho de cargarse de energía sea más potente.
Algo debe tener todavía este tipo de rituales, porque nos quedamos con la sensación de bienestar y tranquilidad. Lo que sí es necesario, como mexicanos, es respetar las pirámides y el entorno, que no sólo nos carguemos de energía positiva, sino que seamos conscientes del cuidado, limpieza y protección que debemos dar a estos sitios.
A mí lo que me impresiona es ver la cantidad de gente que se congrega este día en los sitios donde hay pirámides o restos prehispánicos. También vernos a todos vestidos de blanco, al menos, creo que eso nos identifica como las personas que somos, llenas de buenos deseos, intenciones y vibra.

lunes, 2 de marzo de 2009

¿Ser o hacerse Güey?

Güey, es una expresión popular, moderna y ultra mexicana con la que nos re-conocen desde el extranjero y que en lo personal no empleo mucho en mi vocabulario, aunque sea blanco de críticas y verán por qué. Resulta que cuando era pequeñita, por ahí de la década de los 70's, esta expresión empezaba a surgir y no era bien visto que alguien la pronunciara, mucho menos que la repitiera, porque tenía un sentido netamente ofensivo.
Hoy en día, no sólo es un adjetivo, es un sustantivo, es una muletilla que sustituye a un gran número de palabras cuando el vocabulario verbal es lo que falta para transmitir una idea. No faltará el "güey" que diga esta palabra para "no hacerse güey", sino hacerse el listo.

En mis tiempos infantiles, un "güey" era una persona analfabeta, tonta, bruta, medio tarada, con una ignorancia que podía equipararse a un mastodonte, como el buey. El buey es una bestia de carga; bueno, pues el "güey" era una bestia humana. Al más bestia de los bestias se le calificaba así. Entonces, no era muy grato que a alguien le pusieran este calificativo, claramente era un insulto.

Luego, de los 90 para acá, ya todo mundo es "güey", y no, no es que nos hayamos hecho tarugos de repente, sino que la palabra ya tiene otro significado, conforme pasó el tiempo y la adoptaron las nuevas generaciones, la han hecho suya, modificándola, suavizándola y sí, a falta de más vocabulario "culto", surge el "güey" fácil y divertido, como paliativo de mocedades jocosas y posmodernas en nuestro México querido.

Bueno, así define Wikipedia este vocablo popular: GÜEY: Término utilizado en México como sustantivo y en menor medida como adjetivo. Se usa comúnmente para referirse a cualquier persona sin necesidad de llamarlo por su nombre y aplica de igual manera al género másculino como el femenino. Así es ...un chico puede ser "el güey", y la chica no será la güeya, sino que es o se hace "güey". Así, con sorpresa y alegría podemos escuchar como es el saludo entre "güeyes": "¿Qué onda, güey?" "Pues aquí, güey", ¿estás ocupado (a), güey?", "no, aquí, nomás pasándola y haciéndome güey un rato".
Ahora, ya tiene un significado más de camaradería, un sentido amistoso. Los güeyes ahora no se ofenden si se califican así recíprocamente. Incluso, en el "argot" cibernético, es decir, en la forma en que coloquialmente chatean los jóvenes vía messenger, lo escriben así: "Wey". Entonces, un Wey es un "güey" que se la pasa en la Web, en el chat y en el Internet, sí, un "güey" cibernético. Claro, entre jóvenes ya no lo toman como insulto, pero está mal visto que un joven le diga "güey" a un mayor, a un profesor o alguna autoridad. Entonces sí sería un insulto.

La palabra así, sigue siendo inculta, propia del habla juvenil, del lenguaje coloquial-vulgar y jamás se escuchará en un lenguaje formal y culto. Y aunque ahora tenga una connotación amigable, también para ciertas cosas sigue siendo válido el sentido ofensivo.

Ser güey entonces, es ser tonto por naturaleza, de nacimiento. Una misma persona puede decirse: "soy bien güey para las matemáticas". Hacerse "güey" es más de astutos, son listos, pero deliberadamente se hacen pasar por tontos o flojos, ejemplo: "cuando asignan responsabilidades en el trabajo, me hago güey y no digo nada, así no me toca ninguna responsabilidad extra". También un "güey" es un ente sin nombre: "quién es el "güey" de la camiseta roja que vino hoy por la mañana". O bien, "¿Quién llamaba por teléfono?" "Ah, pues un "güey" que se equivocó de número". También puede identificarse como una expresión de asombro o sorpresa: "ay, güey, no sabía que iban a llegar tus papás".

En fin, este mexicanismo nos identifica tanto dentro como fuera del país. Lo que sí es que hoy en día, más que insulto o camaradería, resulta bastante gracioso escucharlo, sobre todo en las conversaciones cotidianas o en la publicidad culta que se burla de las expresiones de este tipo.
¿Y tú? ¿Qué opinas del "güeyismo"? :)